LAS OCHO ETAPAS DE LA ALQUIMIA INTERIOR



Durante la práctica de la alquimia interior, de la iluminación espiritual por medio de la meditación, el adepto recorre ocho etapas de desarrollo.
l. Conservación de la esencia
<>, dice un viejo refrán taoísta que quiere decir <>. Por consiguiente, el primer paso en el camino hacia la longevidad física y la inmortalidad espiritual consiste en conservar el 
semen, ya sea mediante un estricto celibato o por el <>, es decir, las relaciones sexuales sin eyaculación.
2. Restauración de la esencia
El semen se conserva y se acumula a fin de devolverlo a su estado original de pureza y potencia. Esta etapa es especialmente importante para aquellos adeptos que antes se habían pasado la vida derrochando su semen en relaciones sexuales incontroladas. El semen se restaura mediante los Elixires Externos de la dieta, las hierbas medicinales y el ejercicio, en combinación con los Elixires Internos de la respiración, la meditación y la disciplina sexual.
3. Transmutación de la esencia
La transmutación de la esencia en energía sólo puede efectuarse después de conseguir la conservación y la restauración de la esencia semen. Hasta entonces, la esencia no es lo bastante pura ni potente para ser transmutada en energía. Esta etapa de transmutación exige una perfecta quietud de mente, aliento y cuerpo que únicamente se consigue mediante la meditación. La respiración desempeña aquí un papel muy importante, pues actúa como un suave fuelle que atiza los fuegos internos de la alquimia interior.
4. Cultivo de la energía
Una vez ha aprendido a transmutar la esencia en energía, el adepto se
halla ya a punto para <>, lo cual significa que ha de acumular una copiosa reserva de vitalidad a partir de fuentes externas e internas para así poder restaurar su yuan Qi o <>. El hombre está animado por la misma energía cósmica que impregna el universo y todo lo que contiene, y puede acrecentar y renovar sus propias reservas de esta energía si aprende a conectarse a la gran <> cósmica con la mente y el aliento durante la meditación profunda. Esta etapa es indispensable para el éxito de las subsiguientes fases del cultivo espiritual, ya que dichas fases exigen enormes cantidades de energía.
5. Transmutación de la energía
En esta etapa, la atención se traslada del Campo del Elixir inferior, bajo el ombligo, al Campo del Elixir central, en el plexo solar, donde el calor de los fuegos de la transmutación de esencia en energía se eleva para catalizar la transmutación de la energía en espíritu en los centros superiores. En esta etapa, el adepto se adentra en el nebuloso reino del espíritu puro, un reino tan fantástico que, en comparación, la alquimia de la esencia y la energía parece un juego de niños. La transmutación de la energía en espíritu conlleva la apertura de ciertos canales de energía sutiles que conectan los Campos del Elixir inferior y central con los centros de energía situados en el cerebro.
Los adeptos deben aprender a dirigir su energía vital hacia esos canales, a acumularla y concentrarla allí y, finalmente, a hacerla llegar hasta los centros de energía de la cabeza, donde se produce la transmutación en espíritu.
6. Cultivo del espíritu
El Clásico del Emperador Amarillo declara: <>. El espíritu es la chispa divina de fulgor cósmico que todas las almas humanas reciben en el momento de la concepción, y forma la luz resplandeciente de la conciencia humana. Al cultivar el espíritu, el adepto expande su conciencia y refuerza sus lazos espirituales con los poderes cósmicos del Tao. Los adeptos que alcanzan este nivel son aquellos que han fijado su último objetivo en la inmortalidad, por medio del indestructible <> de espíritu puro, que sirve como vehículo para transportar la conciencia más allá de la muerte. Si cultivan la salud y la longevidad físicas es sólo con el fin de obtener suficiente energía y suficiente tiempo para completar las últimas etapas de la alquimia interior y forjarse así un cuerpo espíritu indestructible.
7. Transmutación del espíritu
Un antiguo adepto conocido como <> dejó escrito que <>. El espíritu humano corriente reside en el limitado reino del conocimiento ordinario y se ve atado por pala¬bras, hechos y fantasías. La verdadera sabiduría cósmica trasciende todo el conocimiento humano arbitrario con una directa y abruma¬dora percepción del Tao. Tal percepción y sabiduría sólo pueden obtenerse transmutando el espíritu ordinario en espíritu cósmico, un proceso largo y difícil en cuyo transcurso el adepto gradualmente se desprende de una capa de ilusión tras otra y desecha el conocimiento ordinario hasta que llega a descubrir la perla preciosa del espíritu original.
Esta perla preciosa del espíritu original es el tesoro oculto que todos los practicantes avanzados de la meditación buscan en el interior de ellos mismos. En el momento en que la hallan, el espíritu ordinario se transmuta y se funde con ella en una reacción espontánea que suele traducirse a los idiomas occidentales como <>, <> o <>. En chino, esta reacción se denomina wu dao -<>- y puede ocurrir en cualquier momento y lugar, no sólo durante la meditación. Hay historias de adeptos que percibieron por primera vez el Camino en un brillante destello de intuición mientras estaban cortando leña, trabajando en el huerto o en cuclillas para defecar. Estos adeptos, tras haber superado la sexta etapa, viven en un estado permanente de quietud y vacío, independientemente de lo que pueda estar haciendo su cuerpo físico.
8. Transmutación del espíritu cósmico puro en Vacío
Los taoístas se refieren a esta etapa como el <>.Visto que un adepto que ya ha logrado el puro espíritu cósmico carece de ego, de identidad personal y de deseos mundanos que lo aten a la vida sobre la Tierra, en el momento en que él mismo lo decida puede abandonar su cuerpo material y saltar al gran Vacío cósmico del que proviene su perla preciosa del espíritu original. De esta ma¬nera obtiene la inmortalidad espiritual, aunque también puede optar por renacer en este mundo cuando él así lo elija, si es eso lo que desea. Antes de morir, estos adeptos se preparan para el salto final proyectando su cuerpo-espíritu más allá de los confines de su cuerpo físico durante la meditación profunda, a fin de no sentir ningún temor y estar bien preparados cuando llegue el último instante.
Todo el mundo es dueño de elegir cómo ha de vivir su vida. Pode¬mos
optar por disipar los Tres Tesoros de esencia, energía y espíritu durante una breve vida de desenfrenados excesos sensuales, pero en tal caso tendremos que enfrentarnos a una muerte prematura seguida de una completa extinción personal. También podemos optar por un tipo de vida más moderado y cultivar los Tres Tesoros de forma que podamos disfrutar de una vida larga y sana en este mundo, dejando el <> y la <> en manos del destino. O bien podemos hacer acopio de fuerzas, fortificar nuestra mente y disciplinar nuestra vida para alcanzar el más alto objetivo de forjarnos un cuerpo-espíritu indestructible que pueda sostener intacta nuestra conciencia en el Vacío tras la muerte de nuestro cuerpo físico.