Todo partió por los dichos del director de la Orquesta Sinfónica
Nacional de República Dominicana, Jose Antonio Molina, quien apuntó que
la música urbana es la evidencia del deterioro de la sociedad, ya que
"esas letras que incentivan la violencia son un veneno".
Fue así que en medio del programa "Noche de Luz", conducido por Luz
García, que el autor de hits como "Gasolina" o "Pose" decidió salir al
paso de estas declaraciones, para apoyar al género con que se ha hecho
famoso.
"Si la música urbana es un veneno para la sociedad, la música
clásica entonces es peor, partiendo de que la música que prefería Adolf
Hitler era la clásica", sentenció Daddy Yankee.
Con tal afirmación el ídolo del reggaetón se ganó el odio de miles
de usuarios en las redes sociales.
Mira, Ramón Luis alias, los músicos profesionales
te hemos tolerado lo suficiente y tendré, por mi formación y experiencia, la
arrogancia de combatirte en un terreno que ni siquiera conoces, en el nombre de
mis colegas y con la misma actitud que nos ofreces. Es decir, ganaste, ya que
me voy a rebajar al máximo, aunque a eso no te puedo ganar.
Los músicos de carrera hemos estudiado con
demasiada disciplina y esfuerzo, con plata que no tenemos y en situaciones límites
que no conoces, durante décadas, para que un adefesio aterrizado, engafado e
ignorante, con un peinado de mal gusto y tres botoncitos digitales, como tú,
nos venga a aleccionar.
Si me detengo a darte importancia es porque
tienes fama (que es otra cosa). Si fueras un muerto de hambre en tu barrio a
nadie le inmutarían tus opiniones mal informadas. Y el mundo sería un lugar
mejor. El problema es que muchos escuchan lo que dices y te emulan. Tienes el
poder de influenciar a mucha gente y no lo has ejercido con responsabilidad
(como el dictador que mencionas).
Y es aquí que empieza tu calvario: el ridículo,
algo que te ha dado plata pero que nunca has conseguido asumir. Y perdóname que
te tutee, pero tu torpeza y mi superioridad tanto artística como humana me lo
permiten. Muchos músicos son dóciles, pero yo no.
Yo me atrevo a hablarte con una violencia fundada
en la sabiduría como se atrevió Beethoven, alguien que tú jamás podrás
combatir. Él es Chuck Norris y tú el ratoncito Pérez disfrazado de narco. Yo a
ti te voy a partir el orto en el terreno del arte y si es necesario y te me
acercas demasiado, también tu hocico, por faltón y por feo.
Has contaminado, con tus himnos maltrechos, el
imaginario de la juventud. Les has hablado en el nivel más animal y rastrero
posible. Eres incapaz de poesía, eres un nihilista dilatado que ni sabe lo que
es el nihilismo, una especie de Forrest Gump sin corazón ni suerte. Y trabajas
en pos de una gran insensibilización mediática, semántica, artística y humana.
Eres colaborador de las industrias invasivas que
se comen al planeta y propones poco más de lo que puede proponer cualquier
invertebrado: sexo. El reggaetón no es ningún género musical, es una moda. No
presenta suficientes rasgos musicales para ser un género, pero sí fomenta la
violencia de género.
Se pudo pensar que eras solo un negociante, un
farsante hábil como la gran mayoría de los que lanza la industria, y que
estabas en esto porque te faltaban valores. Pero ahora se sabe que también te
falta cultura.
Eres tan tonto que no sabes ni el testaferro que eres,
ni de quién lo eres, ni el papel que llevas. Abriste la boca en el peor momento
y te metiste con los que no eran: ahora mira cómo te escupe la historia.
Has dicho, para los que no han tenido la
desgracia de toparse con tus palabras en las redes sociales: “si la música
urbana es un veneno para la sociedad, la música clásica entonces es peor, partiendo
de que la música preferida de Adolfo Hitler era la clásica”. Con semejante
barbaridad, no sé si sabrás que te has atraído muchos enemigos.
Para que sepas, a Hitler le gustaba Wagner, cuya
música pertenece al romanticismo tardío, ya que el período clásico culminó
antes de que Wagner naciese en 1813. El reggaetón, de haber existido en 1942,
se habría muerto de una sobredosis de Zyklon-B, pues así acabaron algunos
adeptos del swing que era la música joven de la época, incomparable con tus
lúbricas elucubraciones.
Nosotros sabemos lo que tú quisiste decir por “música
clásica”, pero también sabemos que no eres merecedor de la apelación de músico
y que eres el retrato vivo del hombre unidimensional de Marcuse. Eres, además,
machista y arribista y tu perversidad es nula e inútil. Más perverso fue Carlo
Gesualdo que le hizo a su mujer lo que yo te haría a ti.
No tienes idea de lo atrevido que es lo antiguo,
de lo loco que es lo antiguo, de lo anticonformista que es lo antiguo, de lo
novedoso que es lo antiguo y de lo enriquecedor de su existencia. Pero, como
dijo Mateo en 7:6, "No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras
perlas delante de los puercos, no sea que las pisoteen, y se vuelvan y
os despedacen".
Lo más evidente, Ramón Luis, es que no podrás con
nosotros. Eres como una hormiguita al lado de lo que te atreves a criticar. Lo
que criticas es inmortal y ha pasado la prueba de decenas de guerras y de
siglos de cambios sociales. Lo que el maestro Molina te dijo, te lo dijo porque
él sabe y a él no le puedes engañar. A mí tampoco. Tú no sabes ni lo que es la
tónica, que es casi lo único que usan tus canciones.
El maestro Molina es demasiado temperado en su
crítica al afirmar que tu música es veneno. Tus creaciones, que ni son tuyas ni
son creaciones, son un cáncer que está acabando con la música y con la
sociedad. Ojalá René te ponga en tu sitio, pues si me das la oportunidad, yo no
tendré el temple de no retirarte de la circulación, de la misma manera que hubo
que retirar a Hitler. Y, habiendo dicho esto, te has ganado el Punto
Godwin con honores.
¡Pero si haces la apología de lo que glorificó
Hitler: el espectáculo de masa! ¡Pero si fue su lacayo Goebbels quien diseñó la
plataforma en que hoy día te encaramas! ¡Pero si te haces llamar “Big Boss”,
imagen del gangsterismo y lo criminal, trayendo más miseria ética a un
continente azotado por la guerra y el hambre!
¡Pero si eres el que puso el reggaetón a la moda
en América Latina, substituyendo su riqueza rítmica, melódica y armónica por
tus marchas militares para fornicar en el anonimato! ¡Con tus letras has
glorificado lo banal y lo dañino, sobre todo lo que daña el
alma humana, has deshecho casi cien años de progreso en materia de equidad y
dignidad de la mujer y has demostrado ser un homófobo retrógrado!
¡Eres culpable y debes ser juzgado duramente!
¡Vuelve a tu barrio y agradece que solo te dieron en la pierna y en el brazo!
¡Puedes manejar un autobús o retirarte con tu plata donde te plazca! ¡Pero deja
ya de jugar a ser músico – ya nadie te cree!
Fracasaste en el béisbol y ahora en la música. Has
fracasado como portorriqueño porque te dices yankee. Procura no fracasar
en la vida cuando se te acaben las neuronas de todo el perico que te metes. No
intentes existir. No nos provoques más, payaso de poca monta.
Los músicos de este planeta, como diría el
ilustre Jodorowsky, te EXPULSAMOS DE LA REALIDAD.