OSEAS
“Sus sacrificios de animales y el consumo de la carne me son abominables y el Señor no se complace en ello, sino que se acordará de su iniquidad y los castigará por sus pecados“.
Oseas 8, 13
ISAÍAS
“Quien inmola a un toro es como quien mata a un hombre; quien sacrifica a una oveja es como si estrangula a un perro; quien presenta víctimas para alimento es como el que ofrece sangre de cerdo; quien quema incienso es como si ensalza a un ídolo. Estas cosas eligen en sus caminos y sus almas se complacen en sus abominaciones”.
Isaías 66,3
AMÓS
“Yo aborrezco y rechazo con desprecio vuestras fiestas y no me complace el olor de vuestras asambleas. Y tanto si me ofrecéis holocaustos como oblaciones, no gustaré de ellos; tampoco me complace ver vuestros sacrificios de agradecimiento más exquisitos. ¡Aparta de mí el griterío de tus cantares, pues no me gusta oír la música de tu lira! Pero que se manifieste la Justicia discurriendo como el agua y la rectitud como una corriente poderosa“.
Amós 5, 21-24
JEREMÍAS
“¿Qué me importa el incienso de los reinos árabes y la caña aromática procedente de tierras lejanas? Vuestros holocaustos no me son aceptos y vuestros sacrificios no me agradan“.
Jeremías 6,20
ISAÍAS
“¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios?“ Dice Yavé. “Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de cebones, y no me complazco en la sangre de novillos, corderos y machos cabríos. Cuando venís a mostraros ante mí, ¿quién reclama esto de vuestras manos?“
Isaías 1, 11 – 12 y s.
MIQUEAS
“¿Con qué me reconciliaré con Yavé y me inclinaré ante el Dios de las alturas?¿Me reconciliaré acaso con holocaustos y terneros añales? ¿Acaso se complacerá Yavé en miles de carneros, en miriadas de ríos de aceite? ¿O he de entregarle a mi hijo primogénito, el fruto de mis entrañas, por mi prevaricación, por el pecado de mi alma? Dicho está, oh hombre, lo que es bueno y lo que el Señor reclama de ti no es otra cosa sino mantener la palabra de Dios (que no es idéntica a la palabra de la Biblia), ejercitarte en amar y ser humilde ante tu Dios“.
Miqueas 6, 6 – 8
ISAÍAS
“Y cuando me extendéis vuestras manos, aparto mis ojos de vosotros; y aunque multipliquéis las plegarias, no os escucho, pues vuestras manos están llenas de sangre. Lavaos, purificaos, apartad vuestra maldad de delante de mis ojos, cesad de obrar mal, aprended a obrar bien, aspirad a la Justicia y ayudad a los oprimidos ”.
Isaías 1, 15 – 17
OSEAS
“Pues deseo amor y no sacrificios y el conocimiento de Dios y no holocaustos“.
Oseas 6, 6
JEREMÍAS
“Pues Yo no hablé a vuestros padres ni les dí orden alguna el día que los saqué de Egipto sobre holocaustos ni otros sacrificios“. Jeremías 7, 22
“Si tuviera hambre no te lo diría, pues mío es el Orbe de la Tierra y todo lo que hay en ella. ¿Piensas que quiero comer carne de toro o beber sangre de chivos?“
Salmo 50, 13 –14
“No te juntes con los borrachos de vino, ni con quienes se deleitan en el consumo de la carne“.
Proverbios 23, 20
JESÚS DE NAZARET HABLÓ EN CONTRA DE LOS SACRIFICIOS DE ANIMALES
“He
venido para abolir los sacrificios, y si no cesáis de sacrificar, la
ira de Dios (la ley de causa y efecto) tampoco os dejará“.Palabras de Jesús, cit. por Epifanio, Panarion 3,16
“Yo quiero misericordia y no sacrificios“.
N.T. Mateo 9, 13
“¿Es que no está escrito: Mi casa ha de ser llamada casa de oración para todos los pueblos? ¡Mas vosotros habéis hecho de ella una cueva de ladrones!”
Jesús en Mateo 11, 17
LOS APÓSTOLES ERAN VEGETARIANOS
Para saber lo que Jesús enseñó sobre el tema del amor a los animales y a la alimentación sin carne, es de provecho saber cómo lo cumplieron sus apóstoles y discípulos. Algunos textos antiguos, que de forma significativa no fueron acogidos en el canon de la Biblia, nos dicen lo siguiente al respecto:
PEDRO
“Yo vivo de pan y olivas, a las que sólo en ocasiones añado alguna verdura”.
Homilías clementinas XII, 6 ; rec. VII, 6
PABLO
“Jesús me ordenó que no comiera ninguna carne ni bebiera ningún vino, sino sólo pan, agua y frutos, para que me halle puro cuando quiera hablar conmigo“.
Toledoth Jeschu, Edición Krauss, Berlín 1902, pág. 113, Palabras de Pablo
MATEO
“Mateo vivía de granos, frutos de árboles y verduras, sin carne”.
Clemente de Alejandría, Paidagogus II, 1, 16
JUAN
“Juan no comió nunca carne”.
Hegesipo, historiador de la Iglesia, según Eusebio. Historia de la Iglesia II, 3
SANTIAGO
“Santiago, el hermano del Señor, vivía de semillas y plantas, y no probó ni la carne ni el vino”.
Epístolas a Fausto XXII, 3
TAMBIÉN LOS PADRES DE LA IGLESIA
ADVIRTIERON SOBRE EL CONSUMO DE LA CARNE
Los Padres de la Iglesia o redactores de la Iglesia conocían todavía las fuentes y los manuscritos más antiguos y citaban de ellos. Muchos de ellos habían vivido ya entonces de forma vegetariana/vegana y se habían abstenido del alcohol, o bien recomendaron este tipo de vida. De ello podemos recibir informaciones sobre la alimentación de los primeros cristianos.
JUAN CRISÓSTOMO
acerca de un grupo de cristianos ejemplares
354-407
“Entre ellos no hay ningún derramamiento de sangre; ningún animal es matado ni troceado; entre ellos no se huele el espantoso olor de la comida de carne..., no se oye ningún alboroto ni ruido tumultuoso. Comen sólo pan, que se ganan con su trabajo, y agua, que les ofrece una fuente pura. Si desean una comida más abundante, se complacen con frutos, y en ellos encuentran un placer más grande que ante la mesa de un rey”.
Homilía 69
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA
“¿No existe, pues, en el marco de una sencillez moderada una diversidad de comidas sanas: verduras, raíces, olivas, hortalizas, leche, queso, frutas y toda clase de alimentos secos? Entre los alimentos son preferibles aquellos que pueden consumirse directamente sin necesidad de cocerlos, pues en todo momento se nos ofrecen listos para ser comidos y son los más sencillos. Por este motivo el apóstol Mateo vivía de semillas, frutos de piel dura y verdura, sin carne. Y Juan, que guardaba la temperancia en grado supremo, comía brotes de hojas y miel silvestre. Pero los sacrificios sangrientos, así lo creo, fueron descubiertos sólo por los hombres que buscaban un pretexto para comer carne, que también hubieran podido tener sin este tipo de idolatría“.
Clemente de Alejandría, Paidagogus II
QUINTO SÉPTIMO TERTULIANO (aprox. 160-221)
Tertuliano defendió a menudo a los cristianos cuando eran acusados de practicar sacrificios humanos.“¿Cómo debo calificar vuestra creencia de que codiciemos la sangre humana, cuando sabéis que aborrecemos la sangre animal?“
Apol. Cap. 9; Cit. S. Robert Springer, pág.292
GREGORIO DE NICEA - Padre de la Iglesia de Capadocia
“La siembra del buen padre es sin embargo el buen trigo, del cual hornea el pan... La glotonería de las comidas de carne es una injusticia infamante y deseo que aspiréis sobre todo a ofrecer a vuestra alma un alimento de duración eterna”.
Robert Springer, Enkarpa, 1884
JERÓNIMO
“Sería mejor que no comieras ninguna carne ni bebieras ningún vino. Pues el uso del vino comenzó con el comer carne, después del diluvio universal“.
“Comidas inofensivas son comidas que son obtenidas sin el derramamiento de sangre”.
„El placer por la carne, por beber vino y saturar el estómago son los semilleros de la conscupiscencia“.
Jerónimo, Adversus Jovinanum 1, 30
AURELIO AGUSTINO (354-430)
Padre de la Iglesia y el instructor de la Iglesia más grande de la antigüedad, vivía también sólo de alimentos vegetales. El atribuía al consumo de la carne las pasiones funestas de los hombres. En una de sus obras cita a Pablo (Rom. 14, 21), donde este aconseja no comer ninguna carne ni beber ningún vino.
Sobre la verdadera religión II, 161, 168
BASILIO EL GRANDE (354-430)
“El cuerpo que se carga de comidas de carne, es atacado por las enfermedades; un modo de vida moderado lo hace más sano y más fuerte y le corta la raíz al mal. Los olores de las comidas de carne ensombrecen la luz del espíritu. Dificilmente puede amarse la virtud si uno se alegra con los platos y banquetes de carne”.
Basilio el grande, Enkarpa, 1884
“La carne es un alimento contrario a la natualeza, que pertenece a un mundo pasado”.
Homilías clementinas III, 45
“Los cristianos se abstenían de todo alimento animal“.
Plinio en una carta a Trajano, Ep. Lib.X.96
“En el paraíso terrenal
no había ningún vino,
no se sacrificaba a ningún animal,
no se comía ninguna carne”.
“Tanto tiempo como se viva moderadamente, crecerá la dicha de la casa,
los animales se encontrarán en seguridad, no se derramará
ninguna gota de sangre ni se matará a ningún animal.
El cuchillo del cocinero no se utilizará, la mesa estará cubierta
de los frutos que la naturaleza regala y uno se contentará con ello”.
De las epístolas de Basilio el Grande (329-379)
cit. según Karl Anders Skriver,
Die vergessenen Anfänge der Schöpfung und des Christentums (Los comienzos olvidados de la Creación y del cristianismo), pág.123